Capítulo 07.
—¿Mami? —preguntó Junseo, quien estaba sentando en el suelo con un libro para colorear entre sus manitos.
—¿Si, bebé?
—¿J-Jungkook es nuestro amigo?
—¿Por qué preguntas?
—Porque él es bueno, dijo que le gustaban mis autitos y en tu trabajo me contó un cuento para que durmiera. ¿Eso lo hacen los amigos, no?
—Bueno, tú tienes que preguntarle a Jungkook si quiere ser tu amigo.
—¡Si! ¡Lo haré! —se levantó de un salto y corrió con todas sus fuerzas hacia su habitación. Volvió al living con un celular de juguete, color naranja.
—Jun, ¿para qué es eso?
—Para llamarlo, con esto le preguntaré —Jimin contuvo su risa ante el hecho tan tierno que estaba presenciando.
—Que te parece si yo lo llamo, lo invito a cenar y tú le puedes preguntar.
—Si, mami, está bien —soltó el juguete—. No me contestó, seguro está tre-trabajando.
—Si, seguro que si.
Junseo se sentó nuevamente en el suelo atrayendo su librito hacia él y comenzando a dibujar. Jimin acarició la cabeza del niño y dejó un beso sobre su coronilla.
✧✦✧
El día, para Jungkook, estaba siendo complemente agotador. Jackson estaba de licencia por dos semanas por lo que todo el trabajo pesado recaía en su espalda. Había tenido reuniones con clientes que se habían hecho extensas como la mierda.
De todos modos, su dia mejoró notablemente cuando su celular sonó y en la pantalla se leía el nombre de Jimin. Y fue aún mejor cuando en medio de la invitación que estaba realizando el omega (la cual Jungkook claramente aceptó) un pequeño agarró la llamada y dijo "hola Jungkook, soy Junseo, ¿vas a venir a comer c-conmigo?".
Era imposible negarse ante ese niño, completamente imposible.
Por lo que, a la siete y treinta, cuando las puertas del estudio jurídico se cerraron, Jungkook tomó su auto y fue hacia una pequeña tienda infantil. Le sonrió amablemente a la dependienta de la tienda y comenzó a buscar algún regalo para Junseo.
Encontró una caja que contenía un camión y varios autos pequeños y le pareció perfecto, a Junseo le gustaba bastante todo lo relacionado.
Eran las ocho cuando Jungkook tocó la puerta de la casa de Jimin. El omega mayor abrió y salió, casi disparado a la cocina, gritando un "pasa Jungkook, ponte cómodo", el alfa rió y se adentró.
Caminó hasta la cocina donde visualizó al ojiverde sacando una fuente del horno. Jungkook se acercó hasta él y lo saludó con un beso en la mejilla.
—Eso se ve bueno —Jimin sonrió.
—Bueno, espero que te guste.
Uno pasitos se escucharon golpetear el suelo y Jungkook se giró en el momento exacto para ver a Junseo entrar a la cocina.
—Hola, ángel —el alfa se arrodilló en el suelo para que el niño pudiera saludarlo.
—Hola, Jungkook —dejó un beso en la mejilla del ojiazul.
—¿Cómo estás, precioso?
—Bien.
A pesar de que ellos compartían una relación más de confianza, el niño cada vez que hablaba bajaba su cabeza en forma de demostrar respeto y eso era algo que a Jungkook no le gustaba para nada. Sin embargo, no quería ejercer opinión porque era una acción que Jimin también hacía, por lo cual, suponía él, que era una ¿tradición? de ellos, tal vez una costumbre.
—Me alegro —Junseo sonrió.
—Jun, ¿quieres ayudarme a poner la mesa?
—Si, mami.
—Deja que yo lo hago —frenó al omega menor—. Tú ve al comedor y mira sobre la mesa, dejé algo para ti.
Junseo miró a Jimin y este asintió con la cabeza, dándole permiso a retirarse. Él salió corriendo de la cocina. Los ojos de Jungkook y Jimin se encontraron en el aire, el alfa le sonrió cariñosamente y el omega bajó su vista.
—Mami, mami, ve esto.
Junseo levantó entre sus pequeñas manos el camión de juguete, una sonrisa enorme en su rostro y las mejillas rojas.
—Que precioso, Jun, ¿le agradeciste a Jungkook por el regalo?
—Um, no —se volvió a acercar a Jungkook y abrazó las piernas del alfa—. Gracias, Junkuk.
—De nada, pequeño.
El niño salió corriendo de la cocina y se podía escuchar como arrastraba el juguete por el piso mientras fingía los sonidos de autos y camiones.
—No era necesario que le trajeras algo.
—No, pero quería hacerlo.
Jimin asintió y es que nadie podía juzgarlo, no estaba para nada acostumbrado a que alguien quisiera consentir a su hijo (además de si mismo, claro está). Era un sentimiento lejano para él.
El alfa le volvió a dejar otro beso en la mejilla antes de salir hacia el comedor, con los brazos llenos de vajilla para poner en la mesa.
✧✦✧
Luego de una exquisita cena, los tres se sentaron delante del sillón a mirar una película de Disney, pues, debido al horario, estas parecían ser las únicas aptas para Junseo.
El bebé solía hacer algunos comentarios durante la película, explicándole a Jimin y Jungkook temas que ya sabían —igualmente ellos actuaban totalmente sorprendidos ante los "datos sorpresas" de Junseo—.
—Jun —Jimin habló—. ¿Tú querías hablar con Jungkook sobre algo, no?
—Oh yo, si, em, y-yo.
—Puedes decirme lo que quieras, está bien.
—Bueno, nosotros pasamos mucho tiempo juntos y quería saber si usted quería ser mi amigo —el chico jugaba con sus piecitos demostrando nervios. Jungkook puso una cara pensativa.
—Suena interesante, pero para ser mi amigo tienes que pasar por una prueba.
—¿Cuál? —exclamó contento y extrañado a la vez.
—Tienes que decirme si prefieres Marvel o Dc —tomó al niño para sentarlo sobre la silla al frente de él.
—Oye —Jimin golpeó suave el hombro de Jungkook—. No presiones a mi hijo.
—Es una pregunta importante, la base de una amistad.
—¿Qué es Murvel y Dc? —preguntó avergonzado.
—Marvel —corrigió Jungkook—. Es algo sobre superhéroes —Junseo frunció su ceño—. Ya sabes, um, Spider man, Thor, Iron man.
—Oh, a mi me gusta Iron man, ¡ya puedo ser tu amigo! —Jungkook rió.
—Perfecto, a mi también me gusta Iron man, ya somos amigos.
—¿También puedes ser amigo de mi mamá?
Jungkook dirigió su vista hacia el omega más grande y sonrió al notar como sus mejillas tomaban un tono rojizo.
—Claro que puedo ser amigo de tu mamá.
Junseo se lanzó a los brazos de Jungkook y escondió su rostro en el cuello del contrario. Jimin sonrió y apoyó su cabeza en el hombro del alfa, Junseo miró a su mamá y le sonrió, mostrando sus pequeños dientes.
—¿Estás feliz, amor? —le susurró Jimin.
—Si, mami.
Jun comenzó a cerrar sus ojos hasta que dos minutos más tarde estaba complemente dormido sobre el hombro de Jungkook. Jimin le indicó al alfa donde estaba la habitación de su hijo. Ambos dejaron un beso en la frente de Junseo y salieron del cuarto.
—Creo que tengo que irme —dijo Jungkook—. Es bastante tarde.
—Oh, claro, muchas gracias por haber venido y por ser tan bueno con mi hijo.
—No hay nada que agradecer, Jimin.
Fueron hacia la puerta y el ojiverde abrió esta para dejarle espacio al alfa. El castaño dejó un beso en la comisura de los labios del omega. Salió por la puerta.
Y se arrepintió al instante.
Antes de que Jimin pudiera cerrar la puerta, Jungkook agarró su nuca y pegó sus labios. Un beso calmo, tranquilizante, con sabor a paz.
—Nos vemos mañana, cariño —dijo cuando se separaron.
—Hasta mañana, Kook.
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